El objetivo del diablo es acabar con el pueblo de Dios. El objetivo de la iglesia de Roma es el ser adorada por los hombres y el objetivo del falso profeta, que representa las iglesias evangélicas (las hijas de Babilonia enfrascadas en un falso avivamiento o falso pentecostés al fin del tiempo) es llevar a la humanidad a adorar a la primera bestia. Eso se ve claramente en el texto bíblico. Lea detenidamente Apocalipsis 12:13; 13:8 y 13:12. Esos versículos prueban lo expuesto. Babilonia la Grande es el mismo perro con otro collar. Por tal razón se advierte al pueblo de Dios que salga de Babilonia antes de la caída de las siete postreras plagas (Apoc. 18:4). Babilonia durara poco tiempo, pues en ocasión de la segunda venida de Cristo a la tierra, llegara a su fin y no tendrá quien le ayude (Apoc. 17:14 y Daniel 11: 40-45). La séptima cabeza se corresponde entonces con los pies de la estatua de Nabucodonosor en el capitulo 2 de Daniel y los diez cuernos de Apocalipsis 17:12. El octavo, puede muy bien representar a esta triple unión en esta fase final, que se denomina como Babilonia la Grande. Es el último intento de Satanás a través de sus agencias humanas, contra el pueblo de Dios. Durará poco tiempo.
Lehman Strauss, renombrado autor evangélico, dice en su comentario sobre Apocalipsis, que la gran ramera de Apocalipsis 17 es un sistema religioso, ecuménico y de un alcance mundial (Revelation, pag. 293). Esta gran ramera pretende ser la novia del cordero, pero simplemente es una adultera infiel. Según Strauss en su comentario, los insidiosos principios de Babilonia, pueden ser hallados en la iglesia Católica, aunque fueron practicados mucho antes de que la iglesia Católica llegara a la existencia. El espíritu de Babilonia fue un camino de salvación por las obras hecho por el hombre en oposición al camino de la gracia de Dios. La Babilonia de Apocalipsis es un sistema religioso apostata claramente identificable con toda la cristiandad, con la Roma papal tomando el liderazgo en su formación.
Lehman Strauss, renombrado autor evangélico, dice en su comentario sobre Apocalipsis, que la gran ramera de Apocalipsis 17 es un sistema religioso, ecuménico y de un alcance mundial (Revelation, pag. 293). Esta gran ramera pretende ser la novia del cordero, pero simplemente es una adultera infiel. Según Strauss en su comentario, los insidiosos principios de Babilonia, pueden ser hallados en la iglesia Católica, aunque fueron practicados mucho antes de que la iglesia Católica llegara a la existencia. El espíritu de Babilonia fue un camino de salvación por las obras hecho por el hombre en oposición al camino de la gracia de Dios. La Babilonia de Apocalipsis es un sistema religioso apostata claramente identificable con toda la cristiandad, con la Roma papal tomando el liderazgo en su formación.